El crimen penetra la Iglesia Católica y desde El Vaticano ordenan al Padre Castell esclarecer estos sucesos que podrían manchar la institución religiosa. El sacerdote no está solo, cuenta con el apoyo de una inspectora de la Policía de Munich suspicaz y metódica: Marie. Ella no es una ferviente creyente pero canaliza su habilidad criminalística en estos casos para enfrentar la impunidad. Estos dos personajes conforman la pareja perfecta que unirá las pistas y los elementos necesarios para hacer justicia.